jueves, 3 de septiembre de 2009

CICLO MENSTRUAL Y RENDIMIENTO DEPORTIVO

Los estudios están empezando a mostrar que a nivel de las competiciones de elite, los trastornos hormonales debidos al ciclo ovulatorio menstrual tal vez tengan cierto impacto. Las deportistas experimentan una reducción del rendimiento que coincide con las fases premenstrual o menstrual.

La dismenorrea y el síndrome premenstrual pueden también empeorar el rendimiento deportivo. Sin embargo, se requieren más estudios en este campo dado que las medallistas olímpicas y las plusmarquistas mundiales han obtenido estos galardones en todas las fases del ciclo.

Control del ciclo menstrual de las deportistas
Las deportistas que quieran evitar la menstruación durante las pruebas de competición pueden usar PAO monofásicas. Una hemorragia de privación puede inducirse por interrupción del consumo de la píldora 7 días antes de una competición, para empezar de nuevo al término de la menstruación o después de la prueba. Un método alternativo consiste en inducir una hemorragia tomando progesterona durante 10 días, y parando 10 días durante la prueba. Saltarse la gragea de los 7 días y empezar la siguiente tableta previene la hemorragia de privación y es otro método para controlar la menstruación.

Relación entre ejercicio y ciclo menstrual
La relación entre los trastornos del ciclo menstrual y el ejercicio ha quedado determinada. Hay un amplio abanico de trastornos del ciclo menstrual, entre otros, el retraso de la menarquia y disfunciones menstruales.

Retraso de la menarquia
Se considera que hay un retraso del inicio de los períodos (menarquia) si la primera regla no se ha producido hacia los 16 años. La edad media de la primera regla en Australia es entre los 12 y 13 años. Hay dos grupos de deportistas con retraso de la menarquia. Un grupo está formado por deportistas que practican ejercicio intenso desde antes de la menarquia, y el otro grupo, por mujeres que no lo han realizado. Los factores que contribuyen al retraso de la menarquia son, entre otros:
· Ejercicio intenso.
· Peso corporal bajo.
· Componente genético.

El mecanismo fisiológico incluye el eje hipotalámico afectado por una combinación de los factores ya expuestos. El retraso de la menarquia confiere una ventaja deportiva debido a que el ritmo más lento de maduración difiere el cierre de las láminas epifisarias. Esto supone que las piernas sean más largas, las caderas más estrechas y haya menos grasa corporal, lo cual constituye una ventaja en ciertos deportes.

Disfunción menstrual
Oligomenorrea (ciclo menstrual irregular cuya duración oscila entre 35 y 90 días), amenorrea (ausencia de hemorragia menstrual), anovulación crónica y acortamiento de la fase luteínica. Las secuelas importantes de una disfunción menstrual son, entre otras:
· Infertilidad reversible.
· Desmineralización esquelética2 (que tal vez sea rápida y no reversible por completo). Esto puede manifestarse mediante fracturas por sobrecarga y osteoporosis precoz. Se produce pronto una pérdida ósea importante (primeros 2 años) y parece afectar más el hueso trabecular que el hueso cortical.
· Hiperplasia endometrial (con aumento del riesgo de adenocarcinoma del útero en mujeres con estrógeno sin oposición apreciada en una anovulación crónica).
· Aumento de las enfermedades cardiovasculares asociadas con los niveles bajos de estrógeno (similares a los de las mujeres posmenopáusicas que no reciben tratamiento estrogénico).

Oligomenorrea y amenorrea secundaria
La oligomenorrea (menstruación irregular) y la amenorrea secundaria (cese de la menstruación espontánea durante al menos 6 meses después de que se hubieran establecido ciclos menstruales normales) son ejemplos de disfunciones menstruales relativamente corrientes con una incidencia del 5% en la población general. Por encima de todo, la incidencia en la comunidad deportiva es del 10-20% con una incidencia máxima del 50% en las deportistas de fondo.

Etiología de la amenorrea. El papel del eje suprarrenal-hipófisishipotálamo es crucial en los casos de disfunción menstrual. El ejercicio intenso se asocia con aumento de las catecolaminas, cortisol y ä-endorfinas, y con descenso de la concentración de FSH, LH y prolactina.

Se ha establecido una relación entre las actividades intensas y la activación del eje suprarrenal, lo cual a su vez suprime la generación del pulso de GnRH. Esta inhibición conlleva una reducción de la liberación de gonadotropina y de ahí la amenorrea. Las causas habituales de la amenorrea secundaria son embarazo, tensión psicológica, trastornos tiroideos, ovarios poliquísticos, medicamentos, drogas, tumores hipofisarios y trastornos de la conducta alimentaria.

Fase luteínica anormal
La fase luteínica es un período de 14 días comprendido entre la ovulación y el comienzo de la hemorragia menstrual. Clásicamente, en las deportistas la fase luteínica se acorta y se asocia con niveles de progesterona menores de lo normal. Sin embargo, los ciclos tal vez sean normales debido a la mayor duración de las fases foliculares.

Ciclos anovulatorios
Pueden darse a pesar de que los niveles de estrógeno sean normales. En las deportistas los niveles bajos de progesterona debido a cambios en la pulsatilidad de LH durante la fase luteínica pueden provocar estos ciclos anovulatorios.

Secuelas de las fases luteínicas anormales y los ciclos anovulatorios
El principal efecto es la infertilidad o una fertilidad subóptima. También existe un riesgo teórico de adenocarcinoma debido a la escasa protección endometrial que brindan los niveles bajos de progesterona.

Factores que contribuyen a la disfunción menstrual
· Nivel de ejercicio. La reducción del ejercicio provoca el restablecimiento de la regla en deportistas que han tenido amenorrea. Se cree que el ejercicio actúa como un elemento estresante que provoca la liberación de hormonas que afectan el eje hipófisis-hipotálamo.
· Poca grasa corporal. Antes se pensaba que se requería un porcentaje crítico de grasa corporal para que los ciclos fueran normales, si bien desde entonces se ha comprobado que existe considerable variabilidad en las mujeres. El aumento de la grasa corporal se ha asociado con la reaparición del período en varios casos.
· Dieta. Las dietas con restricción calórica se han asociado con períodos irregulares, si bien no está claro si la irregularidad de la menstruación se debe a la baja ingesta calórica o al resultante nivel bajo de grasa corporal.
· Tensiones psicológicas. Son producto del ambiente y de la familia y se han asociado con menstruaciones irregulares.
· Tratamiento. La principal preocupación debe ser descartar posibles causas de disfunción menstrual que no tengan relación con el ejercicio, es decir, hay que excluir embarazo, ovarios poliquísticos, afecciones tiroideas e hipofisarias, tensión psicológica e irregularidades menstruales relacionadas con medicamentos. El retraso de la menarquia exige un estudio si a los 16 años no ha habido una primera regla. También es importante descartar causas endocrinas, ginecológicas y genéticas.

Historia y exploración física
· Cambios de peso.
· Rasgos sexuales secundarios_ Virilización.
· Embarazo.
· Agudeza visual y campos visuales.
· Exploración pélvica (que puede incluir ecografía transabdominal).
· Niveles de TSH y prolactina, pruebas del embarazo (gonadotropina coriónica humana).
· Prueba de provocación con acetato de medroxiprogesterona. La presencia de estrógeno provoca una hemorragia de privación. La ausencia de sangre indica unos niveles de estrógeno bajos o patología anatómica.
· Niveles de LH/FSH. Los niveles bajos son secundarios a un ejercicio intenso o a tumores del hipotálamo/hipófisis. Si los niveles son altos, tal vez indiquen insuficiencia ovárica o resistencia ovárica.
· Historia familiar.
· Historia sexual.
· Medicamentos, incluyendo el consumo de PAO.
· Historia nutricional.

Tratamiento
· Reducción del ejercicio y aumento de la grasa corporal.
· Nutrición óptima e ingesta adecuada de calcio (1.200 mg/día).
· Ciclicidad de estrógeno/progestina en mujeres con niveles bajos de estrógeno. La suplementación de estrógeno puede ser en forma de PAO o THS (tratamiento hormonal sustitutorio compuesto de 0,625 mg de estrógeno durante 1-25 días, y 5 mg de acetato de medroxiprogesterona durante 14-25 días).
· La suplementación de estrógeno está contraindicada para mujeres con una historia de trombosis venosa profunda, cáncer de mama/endometrio o pruebas hepáticas anormales.
· Asesoramiento, formación y un enfoque multidisciplinario.

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